jueves, 5 de septiembre de 2013

La trepadora-Rómulo Gallegos



Trata sobre como es la vida tanto en el llano, como en la ciudad de Caracas. Esta novela está dividida en tres partes: la primera habla sobre el pueblo llanero donde esta se desarrolla, que se entorna entre lomas herbosas y laderas pobladas de cafetales, entre una pequeña iglesia levantada sobre el altozano. También unos cuantos ranchos, unas tantas casas, una sola calle que pronto se convierte en camino y se adorna por lomas y laderas, entre setos de pomarrosos. En las zonas aledañas al templo, se encuentra la casa parroquial, y un poco más alejado la jefatura civil. El ocupante del cargo parroquial era un clérigo español, torpe, peludo y nada limpio, de aproximadamente cincuenta años muy bien conservados; este era llamado Padre Jaramillo. La segunda parte ya va profundizando más la novela. En está ya van entrando más personajes, entre obreros de Cantarrana, que es el principal objeto de negocios en la obra. También Hilario Guanipa, uno de los principales personajes de esta obra, enlaza una relación de noviazgo con Adelaida Salcedo, la cual termina en matrimonio por el mutuo amor que se tenían; y de este matrimonio sale una niña, hija de ambos, muy bonita y alocada, que va a ser la protagonista de la novela, llamada: Victoria Guanipa Salcedo. Y en la tercera y última ya va concluyendo la novela, Hilario Guanipa empieza a presentar apatía por estar en la Casa Grande de Cantarrana, tanto con su esposa como con su hija. Ya Adelaida empezaba a sospechar que este le era infiel, porque ya no llegaba a casa temprano, su hija le expresaba amor y a este le repugnaba y le fastidiaba que estuvieran arrimados a él. Y todo lo que su esposa pensaba y dudaba, al final era cierto. 
http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=96&swords=la%20trepadora&tt_products=18

martes, 3 de septiembre de 2013

El Cardenalito y el Querrequerre



Una vez cuando el invierno ya estaba de pasada, la mañana banaba a la sabana con su dulce roció matutino.

Que sabroso roció matutino dice el Papa Cardenal que venía de dar dos vueltas al árbol para ejercitar sus alas.

Cuando un Querrequere  que estaba parado en otra rama, dice: que tiene de bonita esta mañana? otro día más con las mismas penurias, mis problemas de ayer son los mismos de hoy? que tiene de bonito?
hoy estamos siguiendo lo malo de ayer.

Inmediatamente el Cardenalito se entristeció, su corazón se le compungió, podía creer que uno de sus amigos estuviera con esa actitud.

Como era posible que no se diera cuenta del regalo que significa cada día.

Y temeroso e cardenalito de que su amigo no quisiera hablar solo se despidió y entro en su casa.

Así pasaron muchos días hasta una tarde cuando los cardenalitos pequeños llegaron a casa, uno de ellos el mas pequeño le cuenta a su Papa que viene muy contento porque un amigo de su escuela que no sabía volar y que siempre decía que odiaría saber volar, hoy cuando la maestra les ensenaba como volar este amigo de él estaba totalmente reacio a aprender.

Él le dijo yo te doy una razón para poder volar amigo y la razón es que todo es voluntad, la voluntad todo lo puede, yo te apoyo yo estoy aquí al igual que tu aprendiendo, yo no sé volar la maestra hoy esta enseñándonos a volar, si tú tienes voluntad puedes cambiar, puede hoy ser un día especial, el día que aprendas a volar.

Inmediatamente el Papa cardenal soltó una lagrima de felicidad, su hijo le había ensenado dos cosas importantes, la primera la solidaridad, no quedarse callado viendo a un amigo afrontar sus miedos solo, y segundo el poder de la voluntad que todo lo mueve.

Dios nos regala las herramientas pero en nosotros esta si las ocupamos para ser felices o no; el Papa Cardenal luego de abrazar a su hijo y felicitarlo por su labor en este día, salió corriendo para hablar con su amigo el Querrequere y decirle lo bueno que la sabana le regala todos los días, lo bonito de tener amigos, lo increíble de tener una familia.

El Querrequere luego de escuchar al Cardenalito le dio la mano y le agradeció y le dijo hagamos una carrera hasta el laguito, seguro que yo gano, y salieron volando rápidamente, y de repente este cuento se acabó.

lunes, 2 de septiembre de 2013

TERESA (Armando Jose Sequera)


(De Mi mamá es más bonita que la tuya)

LA EDAD DE LAS MENTIRAS



Un día de fiesta, a eso del mediodía, mamá le preguntó a Teresa si había limpiado y arreglado su cuarto como le había ordenado, y mi hermana contestó que sí.
Pero al rato, cuando fue a llevarle unas sábanas recién planchadas para que cambiara las que tenía su cama, descubrió que el cuarto seguía desordenado y el piso sin barrer. 
—¡No me gusta que me mientas! –la regañó mamá–. ¡Yo, a tu edad, no decía mentiras! Pero hasta ahí llegó el regaño, porque mi hermana le preguntó:
—Mami, ¿y a qué edad empezaste?


NUEVO DE VERDAD

Cuando nació el bebé de Marta, la amiga de mamá, fuimos a la clínica a conocerlo.
Pudimos verlo a través de una vidriera, dentro de una cuna transparente, dormido.
Sólo tenía puesto un pañal y, alrededor de su cuna, había una luz encendida.
Del dedo pulgar de su pie derecho colgaba una etiqueta.
Viéndola, Teresa comentó:

—De verdad es nuevo: todavía no le han quitado el precio.


MI MAMÁ ES MÁS BONITA QUE LA TUYA

Un fin de semana, mientras regresábamos de una playa que está a más de 200 kilómetros de casa, mamá abrazó a Luís y, mientras le acariciaba el cabello, le permitió que durmiera, recostado sobre una de sus piernas.
Un rato después, Teresa quiso hacer lo mismo y se ubicó sobre la otra pierna. Mamá le acarició el cabello también e, igual, mi hermana se durmió.
Media hora más tarde, nos detuvimos a comer algo en un restaurante de carretera y mis hermanos despertaron.
En el restaurante, Teresa se sentó en las piernas de mamá y, desde allí, le dijo a Luís:
—Mi mamá es más bonita que la tuya.
Luís la miró extrañado y respondió:
—¡Es la misma!
—No, –replicó mi hermana–, cuando es mi mamá es más bonita que cuando es tu mamá.


CON EL MOTOR ENCENDIDO

Una noche en que papá llegó de dar clases y estaba muy cansado, se sentó a ver televisión y se quedó dormido.
Cosa rara, porque nunca había ocurrido, papá se puso a roncar.
Teresa abrió los ojos, asombrada, y le dijo a mamá:
—¡Ay, mami, tienes que apagarlo, porque se le quedó prendido el motor.


CUESTA ABAJO

En el colegio de Teresa llevaron como invitado a un cuentacuentos.
Uno de los cuentos que éste contó se refería a un paseo en bicicleta y, para hacerlo más real, le pidió a todos los niños que se acostaran en el piso, con las piernas al aire, y pedalearan con ánimo.
Como el cuento era muy largo, la mayoría de los niños se cansó, pero el cuentacuentos les pidió que siguieran pedaleando.
Sólo Teresa bajó las piernas y dejó de moverlas.
—Hey, niña, ¿por qué no estás pedaleando? –le preguntó el cuentacuentos–. Todavía no hemos terminado el paseo.
—Yo sé –respondió mi hermana–, pero es que ahora voy en bajada.


¿DÓNDE ESTUDIA PICASSO?

Un día en que Teresa, que entonces estudiaba segundo grado, salió de su salón de clases para el baño, tropezó en el pasillo con una maestra que llevaba una fotocopia de un dibujo hecho por Pablo Picasso.
Cuando mi hermana vio el dibujo, preguntó: –¿Quién pintó eso?
—Pablo Picasso –le respondió la maestra.
—¡Guao! –exclamó Teresa con asombro, llevándose las manos a la boca. ¿Y en qué grado estudia él?


PAPÁ A TIEMPO COMPLETO


Papá salió la otra tarde a comprar un libro y llevó con él a Teresa.
Hallándose en el cruce de una calle, mi hermana se volvió hacia una señora que estaba junto a ellos y le dijo, orgullosa:
—Él es mi papá.
—¿De verdad?
—preguntó la señora.
—Sí –contestó Teresa–, cuando no está trabajando en la universidad.

Mitos venezolanos: Waraos:

El dueño del Sol y el motivo de su caminar despacio




      "Hubo un tiempo 'al principio', en que el SOL no alumbraba; pues un hombre dueño de él, lo tenía escondido en una bolsa, y ese hombre vivía en las nubes, hacia el Oriente. 

      Supo un indio que ese hombre tenía el sol escondido y le envió a su hija mayor para decirle que lo sacara y lo pusiera en el cielo a fin de que alumbrase a todos los hombres.

      Cuando la india iba por el camino, le salió al encuentro un hombre joven que la detuvo mucho tiempo y hasta llegó a faltarle el respeto, pero ella siguió su camino y llegó a donde estaba el dueño del sol y le dio el encargo de su padre. Él, sin embargo, no dio crédito a las palabras de la india, y después de haberle faltado a la consideración debida, la despidió, regresando ella a la casa de su padre sin haber conseguido nada. 



      Cuando contó a su padre los percances del camino, no sólo no desistió de su empeño, sino que mandó a su hija menor con el mismo encargo. Fue la muchacha hacia el Oriente y aunque nadie salió a molestarla en el camino, cuando llegó a la casa del dueño del sol, fue molestada por él, lo mismo que su hermana. 

      En vista de que nada conseguía antes de regresar le dijo resuelta: ¿Por fin no vas a descubrir el sol...?

      Al tiempo que esto decía, vio una envoltura o bolsa rara colgada en la pared de la casa... Al notar el dueño del sol que la india miraba con mucha atención le dijo con mucho interés: No toques eso.



      En el modo de hablar de aquel hombre, entendió la india que allí tenía el sol escondido y sin hacer caso, con mucha rapidez rasgó de un tirón aquella gran bolsa (jocoji anamu yabannae) y empezaron a extenderse por todas partes los rayos del sol. 

      Cuando el hombre vio que la muchacha había descubierto su secreto, puso el sol hacia el Oriente y mandó colgar la bolsa hacia el Poniente. Con la luz que le daba el sol, brillaba ella también y quedó convertida en LUNA.

      La india regresó a la casa de su padre y le contó cómo había logrado descubrir el sol.


      Ambos lo estaban contemplando y a las tres horas se escondió. 






      Viendo el indio que apenas había alumbrado el sol por espacio de tres horas, llamó a su hija y le dijo: Vete otra vez al Oriente y esperas allí al sol. Cuando vaya a salir mañana, le amarras por detrás un morrocoy para que vaya más despacio.

      Salió la india de su casa, llevando un morrocoy en la mano. Cuando a la mañana siguiente iba a salir el sol, se lo amarró por detrás y no tuvo otro remedio que caminar más despacio, tardando aquel día en hacer su recorrido como unas doce horas.

      Desde entonces el día dura doce horas y desde esa fecha hay sol y luna." 




"Notas explicativas: 



Este cuento es muy divertido y verdaderamente original. El sol, que tantos encantos y misterios encierra para todas las tribus salvajes, algunas de las cuales lo adoran como Dios, es objeto de especial atención en los CUENTOS de los Guaraos. En este que transcribo, pretenden explicarnos su origen. Incidentalmente y como complemento del sol, nos dice de dónde procede la luna.

      No sé lo que dirán los astrónomos de la duración y curso del sol durante las doce horas del día, según la explicación que de ella nos hacen los Guaraos. Debemos estar muy agradecidos a la ocurrencia de aquel indio; pues sin la rémora del morrocoy que lleva por detrás, apenas disfrutaríamos de su luz y calor unas pocas horas del día, con las incomodidades consiguientes.

      Dicen los Guaraos, que el sol se esconde por la tarde para dormir y beber agua. Necesita refrescarse, porque si no, moriría. Si no bebiese agua, saldría con más calor y habría peligro de que todo se abrasara."







Tomado de: Fray Cesáreo de Armellada y Carmela Bentivenga de Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana (Colección Estudios). 



Mitos venezolanos: Waraos:
Origen de la Muerte





      "Cuando el mundo estaba recién hecho y todos los animales podían hablar, un Jefe de indios habló a su gente y les dijo: 

      —Esta noche va a pasar la muerte, por tanto no durmáis.

      Pero a pesar de la advertencia, un joven se fue a dormir. 

      Siguió diciendo el Jefe: 

      — El primero que va a llamar esta noche es la muerte; el que llamará después es un espíritu bueno. Si nosotros contestamos a este último no moriremos nunca; pero si contestamos a la primera llamada, moriremos sin remedio.



      Llegó la noche y todo estaba en el más profundo silencio en la ranchería. Cuando he ahí que hacia la media noche oyeron una voz. 

      Los indios no respondieron.

      Mas el muchacho que estaba dormido, se despertó sobresaltado y contestó a la voz.

      Aquélla era, en efecto, la llamada de la muerte.

      Se cumplió inexorablemente la sentencia.

      Y desde entonces los indios comenzaron a morir."




Nota: "Este mito lo trae De Goeje en su trabajo 'The Inner Structure of Warao Language of Guiana' y procede de la región del Surinam; mas en el fondo es universal entre los guaraos, según los cuales la causa de la muerte fue la desobediencia."






Tomado de: Fray Cesáreo de Armellada y Carmen Bentivenga de Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana (Colección Estudios).