El dueño del Sol y el motivo de
su caminar despacio
"Hubo un tiempo 'al principio', en que el SOL no alumbraba;
pues un hombre dueño de él, lo tenía escondido en una bolsa, y ese hombre vivía
en las nubes, hacia el Oriente.
Supo un indio que ese hombre tenía el sol escondido y le envió a
su hija mayor para decirle que lo sacara y lo pusiera en el cielo a fin de que
alumbrase a todos los hombres.
Cuando la india iba por el camino, le salió al encuentro un
hombre joven que la detuvo mucho tiempo y hasta llegó a faltarle el respeto,
pero ella siguió su camino y llegó a donde estaba el dueño del sol y le dio el
encargo de su padre. Él, sin embargo, no dio crédito a las palabras de la
india, y después de haberle faltado a la consideración debida, la despidió,
regresando ella a la casa de su padre sin haber conseguido nada.
Cuando contó a su padre los percances del camino, no sólo no
desistió de su empeño, sino que mandó a su hija menor con el mismo encargo. Fue
la muchacha hacia el Oriente y aunque nadie salió a molestarla en el camino,
cuando llegó a la casa del dueño del sol, fue molestada por él, lo mismo que su
hermana.
En vista de que nada conseguía antes de regresar le dijo
resuelta: ¿Por fin no vas a descubrir el sol...?
Al tiempo que esto decía, vio una envoltura o bolsa rara colgada
en la pared de la casa... Al notar el dueño del sol que la india miraba con
mucha atención le dijo con mucho interés: No toques eso.
En el modo de hablar de aquel hombre, entendió la india que allí
tenía el sol escondido y sin hacer caso, con mucha rapidez rasgó de un tirón
aquella gran bolsa (jocoji anamu yabannae) y empezaron a extenderse por
todas partes los rayos del sol.
Cuando el hombre vio que la muchacha había descubierto su
secreto, puso el sol hacia el Oriente y mandó colgar la bolsa hacia el
Poniente. Con la luz que le daba el sol, brillaba ella también y quedó
convertida en LUNA.
La india regresó a la casa de su padre y le contó cómo había
logrado descubrir el sol.
Viendo el indio que apenas había alumbrado el sol por espacio de
tres horas, llamó a su hija y le dijo: Vete otra vez al Oriente y esperas allí
al sol. Cuando vaya a salir mañana, le amarras por detrás un morrocoy para que
vaya más despacio.
Salió la india de su casa, llevando un morrocoy en la mano.
Cuando a la mañana siguiente iba a salir el sol, se lo amarró por detrás y no
tuvo otro remedio que caminar más despacio, tardando aquel día en hacer su
recorrido como unas doce horas.
Desde entonces el día dura doce horas y desde esa
fecha hay sol y luna."
"Notas
explicativas:
Este cuento es muy divertido y verdaderamente original. El sol, que
tantos encantos y misterios encierra para todas las tribus salvajes, algunas de
las cuales lo adoran como Dios, es objeto de especial atención en los CUENTOS
de los Guaraos. En este que transcribo, pretenden explicarnos su origen.
Incidentalmente y como complemento del sol, nos dice de dónde procede la luna.
No sé lo que dirán los astrónomos de la duración y curso
del sol durante las doce horas del día, según la explicación que de ella nos
hacen los Guaraos. Debemos estar muy agradecidos a la ocurrencia de aquel
indio; pues sin la rémora del
morrocoy que lleva por detrás, apenas disfrutaríamos de su luz y calor unas
pocas horas del día, con las incomodidades consiguientes.
Dicen los Guaraos, que el sol se esconde por la tarde para
dormir y beber agua. Necesita refrescarse, porque si no, moriría. Si no bebiese
agua, saldría con más calor y habría peligro de que todo se abrasara."
Tomado de: Fray Cesáreo de Armellada y
Carmela Bentivenga de Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las
literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila
Latinoamericana (Colección Estudios).
Mitos venezolanos: Waraos:
Origen de la Muerte
"Cuando el mundo estaba recién hecho y todos los animales
podían hablar, un Jefe de indios habló a su gente y les dijo:
—Esta noche va a pasar la muerte, por tanto no durmáis.
Pero a pesar de la advertencia, un joven se fue a dormir.
Siguió diciendo el Jefe:
— El primero que va a llamar esta noche es la
muerte; el que llamará después es un espíritu
bueno. Si nosotros contestamos a este último no moriremos nunca; pero si
contestamos a la primera llamada, moriremos sin remedio.
Llegó la noche y todo estaba en
el más profundo silencio en la ranchería. Cuando he ahí que hacia la media
noche oyeron una voz.
Los indios no respondieron.
Mas el muchacho que estaba
dormido, se despertó sobresaltado y contestó a la voz.
Aquélla era, en efecto, la
llamada de la muerte.
Se cumplió inexorablemente
la sentencia.
Y desde entonces los indios
comenzaron a morir."
Nota: "Este mito lo trae De
Goeje en su trabajo 'The Inner Structure of Warao Language of Guiana' y procede
de la región del Surinam; mas en el fondo es universal entre los guaraos, según
los cuales la causa de la muerte fue la desobediencia."
Tomado
de: Fray Cesáreo de Armellada y Carmen Bentivenga de
Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión
panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila
Latinoamericana (Colección Estudios).
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