lunes, 2 de septiembre de 2013

Mitos venezolanos: Waraos:

El dueño del Sol y el motivo de su caminar despacio




      "Hubo un tiempo 'al principio', en que el SOL no alumbraba; pues un hombre dueño de él, lo tenía escondido en una bolsa, y ese hombre vivía en las nubes, hacia el Oriente. 

      Supo un indio que ese hombre tenía el sol escondido y le envió a su hija mayor para decirle que lo sacara y lo pusiera en el cielo a fin de que alumbrase a todos los hombres.

      Cuando la india iba por el camino, le salió al encuentro un hombre joven que la detuvo mucho tiempo y hasta llegó a faltarle el respeto, pero ella siguió su camino y llegó a donde estaba el dueño del sol y le dio el encargo de su padre. Él, sin embargo, no dio crédito a las palabras de la india, y después de haberle faltado a la consideración debida, la despidió, regresando ella a la casa de su padre sin haber conseguido nada. 



      Cuando contó a su padre los percances del camino, no sólo no desistió de su empeño, sino que mandó a su hija menor con el mismo encargo. Fue la muchacha hacia el Oriente y aunque nadie salió a molestarla en el camino, cuando llegó a la casa del dueño del sol, fue molestada por él, lo mismo que su hermana. 

      En vista de que nada conseguía antes de regresar le dijo resuelta: ¿Por fin no vas a descubrir el sol...?

      Al tiempo que esto decía, vio una envoltura o bolsa rara colgada en la pared de la casa... Al notar el dueño del sol que la india miraba con mucha atención le dijo con mucho interés: No toques eso.



      En el modo de hablar de aquel hombre, entendió la india que allí tenía el sol escondido y sin hacer caso, con mucha rapidez rasgó de un tirón aquella gran bolsa (jocoji anamu yabannae) y empezaron a extenderse por todas partes los rayos del sol. 

      Cuando el hombre vio que la muchacha había descubierto su secreto, puso el sol hacia el Oriente y mandó colgar la bolsa hacia el Poniente. Con la luz que le daba el sol, brillaba ella también y quedó convertida en LUNA.

      La india regresó a la casa de su padre y le contó cómo había logrado descubrir el sol.


      Ambos lo estaban contemplando y a las tres horas se escondió. 






      Viendo el indio que apenas había alumbrado el sol por espacio de tres horas, llamó a su hija y le dijo: Vete otra vez al Oriente y esperas allí al sol. Cuando vaya a salir mañana, le amarras por detrás un morrocoy para que vaya más despacio.

      Salió la india de su casa, llevando un morrocoy en la mano. Cuando a la mañana siguiente iba a salir el sol, se lo amarró por detrás y no tuvo otro remedio que caminar más despacio, tardando aquel día en hacer su recorrido como unas doce horas.

      Desde entonces el día dura doce horas y desde esa fecha hay sol y luna." 




"Notas explicativas: 



Este cuento es muy divertido y verdaderamente original. El sol, que tantos encantos y misterios encierra para todas las tribus salvajes, algunas de las cuales lo adoran como Dios, es objeto de especial atención en los CUENTOS de los Guaraos. En este que transcribo, pretenden explicarnos su origen. Incidentalmente y como complemento del sol, nos dice de dónde procede la luna.

      No sé lo que dirán los astrónomos de la duración y curso del sol durante las doce horas del día, según la explicación que de ella nos hacen los Guaraos. Debemos estar muy agradecidos a la ocurrencia de aquel indio; pues sin la rémora del morrocoy que lleva por detrás, apenas disfrutaríamos de su luz y calor unas pocas horas del día, con las incomodidades consiguientes.

      Dicen los Guaraos, que el sol se esconde por la tarde para dormir y beber agua. Necesita refrescarse, porque si no, moriría. Si no bebiese agua, saldría con más calor y habría peligro de que todo se abrasara."







Tomado de: Fray Cesáreo de Armellada y Carmela Bentivenga de Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana (Colección Estudios). 



Mitos venezolanos: Waraos:
Origen de la Muerte





      "Cuando el mundo estaba recién hecho y todos los animales podían hablar, un Jefe de indios habló a su gente y les dijo: 

      —Esta noche va a pasar la muerte, por tanto no durmáis.

      Pero a pesar de la advertencia, un joven se fue a dormir. 

      Siguió diciendo el Jefe: 

      — El primero que va a llamar esta noche es la muerte; el que llamará después es un espíritu bueno. Si nosotros contestamos a este último no moriremos nunca; pero si contestamos a la primera llamada, moriremos sin remedio.



      Llegó la noche y todo estaba en el más profundo silencio en la ranchería. Cuando he ahí que hacia la media noche oyeron una voz. 

      Los indios no respondieron.

      Mas el muchacho que estaba dormido, se despertó sobresaltado y contestó a la voz.

      Aquélla era, en efecto, la llamada de la muerte.

      Se cumplió inexorablemente la sentencia.

      Y desde entonces los indios comenzaron a morir."




Nota: "Este mito lo trae De Goeje en su trabajo 'The Inner Structure of Warao Language of Guiana' y procede de la región del Surinam; mas en el fondo es universal entre los guaraos, según los cuales la causa de la muerte fue la desobediencia."






Tomado de: Fray Cesáreo de Armellada y Carmen Bentivenga de Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana (Colección Estudios).  

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